miércoles, 24 de septiembre de 2014

Técnicas de conducción: buena visibilidad

Todos hemos oído alguna vez la frase: «no te he visto». Y lo malo es que cuando la oímos es porque acaba de pasar algo, como poco que nos hemos llevado un buen susto cuando alguien en coche ha realizado una maniobra inesperada, y quizás cuando estamos ya en el suelo. El caso es que, unas veces, la frase es cierta y aquel conductor no nos ha visto, quizás porque nosotros nos hemos puesto cerca demasiado rápido, o porque estábamos en una zona en la que él era imposible que nos viera. Dentro de un coche hay muchas zonas «ciegas», y en esta época de niebla o lluvias esas zonas aumentan pues la visibilidad lateral y trasera queda muy mermada. Tampoco es menos cierto que otras veces la frase encierra una verdad algo diferente: no nos han visto… porque no han mirado. Así que por nuestra propia seguridad debemos asegurarnos de que nos miren cuando pueda haber riesgo.
Y es que es un dato bien sabido que uno de cada tres accidentes de moto en los que interviene otro vehículo está provocado por el otro, no por la moto, por lo que es mejor pecar de un exceso de precaución, de avisar más de la cuenta, que no hacerlo y tener que arrepentirse después. Veamos la importancia de ver, y la de ser visto.



Mirada cercana y lejana

Cuando hablamos de visión, lo primero por supuesto es hacia dónde miras cuando vas conduciendo tu moto. Es importante aprender a, por una parte, mantener cierta mirada lejana: esa es la que nos da la trayectoria, hacia donde vamos; en carretera nos lleva de curva a curva, en ciudad lo hará de cruce en cruce, o hasta la siguiente glorieta, etcétera.
Por otra parte, no es menos importante mantener la atención cercana, por el tráfico que nos rodea y también por el firme que vamos a ir pisando a corto plazo: alcantarillas, tapas de registros o un asfalto en mal estado. La idea es ir siguiendo nuestros movimientos cercanos, dando «golpes de vista» lejos de vez en cuando, y combinar todo eso con una visión periférica que poco a poco iremos entrenando y que, sin necesitar nuestra atención, nos avisará cuando haya algún riesgo cerca.


Mira hacia dónde vas

Ya sabemos cuánto trabajo va a tener nuestra visión, y nuestro cerebro, cuando vayamos en moto. ¿Y en qué debemos fijarnos al ir mirando por dónde pasaremos? En el dibujo de arriba tienes unas cuantas pistas: en rojo, trayectorias incorrectas o que nos pondrán en riesgo. No es buena idea pensar que pasaremos cerca de la parte trasera de un coche (podría para de improviso y no tendríamos margen de maniobra), ni tampoco por su derecha si hay un posible giro hacia ese lado (puede decidir girar justo cuando estemos pasando y no tendremos tiempo de reacción). También es bueno fijarse en qué hay por el suelo, así evitaremos a tiempo pisar tapas de alcantarilla, charcos, manchas de grasa, rejillas, la parte blanca del paso de cebra… La visión periférica es la que nos informará de otros riesgos, como un niño jugando cerca, o un perro suelto, que podrían pasar a la calzada y darnos un buen susto.


Aquí sí, ahí no…

Fíjate en nuestro segundo dibujo: no es una «manifestación» de motos, sino que hemos querido representar en qué zonas es mala idea estar en las cercanías de un coche, en relación a la visibilidad de su conductor, y a la capacidad de reacción ante una maniobra brusca. Toda la parte trasera del coche, desde el asiento del conductor hacia atrás, es a priori «mala», porque los espejos siempre tienen zonas muertas ahí, y porque hace falta que el conductor se esfuerce en mirar por esos espejos, o girar la cabeza, para ver si hay alguien ahí (y no siempre lo hacen). La parte trasera es la más delicada, no sólo no nos ven sino que no tendremos tiempo de esquivarle si frena: nunca te sitúes ahí. Delante, según qué coche o furgoneta puede no verte bien si estás en la zona que tapa las vigas del parabrisas, y desde luego no debes dejar que nadie te siga tan de cerca (moto centrada delante).

Hazte ver… y oír

En condiciones normales de circulación, en moto es importante que te vean: por eso es obligatorio llevar siempre la luz de cruce encendida (si tu moto no la enciende automáticamente hazlo tú, no vayas nunca sin luces). Pero muchas veces no basta sólo con eso, debemos situarnos circulando donde puedan vernos o, si sospechamos que un coche puede hacer una maniobra que suponga un riesgo para nosotros, tener preparada la mano izquierda para dar una ráfaga si es de noche o hay poca luz, o un breve toque de bocina que siempre es más eficaz y disuasorio. Por eso es importante llevar siempre que el tráfico sea denso el pulgar apoyado en el botón de la bocina: podremos alertar instantáneamente a ese conductor que no sabe que estamos ahí.

El truco

Tenemos claro qué es la visión lejana (hacia donde nos dirigimos), la cercana (qué suelo estamos pisando) pero ¿qué es la periférica? Es la que nos permite percibir objetos a los que no estamos dirigiendo directamente nuestra mirada, y es importante porque será la que nos salvará de sustos por puertas que se abren, peatones que cruzan donde no deben, etcétera. Hay quien la tiene más o menos desarrollada pero es algo que necesita cierto entrenamiento, aunque es sencillo hacerlo cotidianamente: puedes contar baldosas si vas andando con la mirada al frente, puedes intentar ver la acción en la pantalla de la TV dirigiendo la mirada a una esquina, o intentar ver el contenido de estas páginas fijándote sólo en el titular…

 No te olvides…


  • Circula siempre con tus luces puestas. El supuesto ahorro en bombilla o batería es ridículo comparado con el riesgo de que alguien no te vea y se cruce en tu camino.
  • Indica siempre sobradamente cualquier maniobra que vayas a hacer (intermitentes, toques de luz de freno).
  • Intenta estar situado dentro del tráfico allí donde los demás conductores puedan verte bien: evita estar «escondido» o tendrán razón con la famosa frase del «no te he visto».
  • Alerta visualmente (ráfaga) o con la bocina a quien sospeches pueda estar a punto de hacer algún movimiento arriesgado para ti. Si por lo que sea estás en una zona de poca visibilidad, es doblemente importante esa alerta. 
  • No te quedes mirando siempre sólo el suelo que vas a pisar: «envía» tu mirada a lo lejos de vez en cuando, ejercitarás la vista y esa visión lejana ayuda a ir teniendo claros los próximos movimientos, ya sean en ciudad o en una carretera de curvas.
  • La mirada cercana debe buscar «trampas» permanentemente, para evitar pisar rejillas, manchas de grasa, gravilla o las líneas blancas. Es importante evitar el susto que puede ser encontrarte de repente circulando sobre una superficie de poco agarre
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viernes, 19 de septiembre de 2014

Técnicas de conducción: Puesta a punto mínima

Haz la revisión siempre en frío y con un manómetro fiable, los «mamotretos» de las gasolineras mienten más que un portavoz político. Uno digital cabe en el bolsillo y es perfecto. Evitarás el rodar «remolón» en los giros, la poca precisión de dirección, y la falta de estabilidad en curva. Muchos de los problemas de «la moto» se resuelven así de fácil.
Comprueba, a menudo, la holgura de dirección: sube la moto al caballete central, cargando un peso atrás o subiendo a alguien, de modo que la rueda delantera quede al aire. Comprueba que la dirección gire libre y sin frenos o resaltes. Tira del eje de rueda, agarrándolo con las dos manos, hacia delante y atrás para comprobar que la dirección no quede suelta (serpentearía) o con golpeteos (vibraría en frenada), o demasiado dura por causa de unos rodamientos gripados o sin engrase (la moto «no gira»).
Vigila que el tacto de frenos sea constante. Si tiene aire en el circuito, quedará esponjoso y se hundirá hasta tocar con el puño, dejándote sin potencia en caso de necesidad. Un vistazo al ojo de buey de la bomba es imprescindible.
Comprueba antes de arrancar tu moto cada mañana sobre pérdidas de líquidos de freno, refrigerante o de aceite que puedan provocar una caída sobre tus propios pasos... No olvides ajustar los mandos: el del acelerador no debe tener más de un mm de juego muerto, la posición de las manetas debe casar cómodamente con los dedos, y la de los pedales... ¡ir como un guante!
En cuanto a las suspensiones, lleva a revisar tu moto si hace topes de horquilla o amortiguador, y también si ves que las suspensiones no tienen frenado o retención hidráulica y son ya «sólo un muelle».

Recuerda que:

1. Podemos tener la mejor moto del mundo. Pero sí los neumáticos están mal de presión «perreará» como un caballo cojo.
2. Los rodamientos de dirección en mal estado pueden ser responsables de falta de precisión de dirección, de agitaciones en frenada, de que la moto «no gire»...
3. El control del correcto estado del circuito de frenos y el suficiente grosor de sus pastillas es fundamental para una conducción segura.

Fallos habituales

*Ir acostumbrándose a que tu moto se haya convertido en un «cepo» por falta de mantenimiento.
*Pensar: «total, si no corro, da igual que tenga pocos frenos».

*Creer que incluso en una situación de apuro tu pericia puede compensar que tu moto esté mal.

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Técnicas de conducción: conducir con tráfico intenso

En caso de conducción atascada es fácil cometer el error que te comento: los coches están parados -o casi- y has encontrado espacio libre para adelantar por la derecha. Éste es el primer error. Por supuesto, nunca es conveniente pasar por la derecha, por si las puertas están abiertas para salir, -en el caso de los taxistas, ¡ten por seguro que se abre justo cuando pasas tú!- o por los giros a la derecha de los propios coches de tu hilera. Sin embargo, es igualmente fácil que se produzca el caso que señalamos aquí.
El coche que vas a superar por la derecha ve que uno que viene de frente quiere girar también hacia tu derecha, y gentilmente reduce su marcha y le deja un hueco. Incluso puede que le dé paso con la mano o con un toque de luces. En ese momento, cuando tú estás adelantando por la derecha te lo vas a encontrar «de golpe», nunca mejor dicha la expresión, y sin haberlo visto al quedarte reducida su visión hasta entonces por los propios coches de tu fila. Puede que justo a tu derecha haya una calle, una entrada a una gasolinera o incluso alguien que quiera meterse a contramano en un parking. En estos casos, el dilema es siempre el mismo: ¿tienes tiempo para parar? Mi consejo es que sea que sí, es decir, que vayas lo bastante despacio como para detenerte a tiempo de evitar la colisión, porque si vas por la derecha, entre los coches, la acera y el mobiliario urbano, intentando evitar el choque, puede ser peor el remedio que la enfermedad. Y recuerda que nunca puedes invadir las zonas destinadas a peatones.


Zonas turísticas. Sé lo bastante listo como para tener en cuenta que en zonas turísticas o de recreo abundan no sólo los peatones despistados ante las bellezas de tu ciudad o simplemente que «están en babia», sino también los que andan «confundidos por la noche» si circulas por una zona de bares.
Vista. Ten, ante todo, la vista de mil ojos incluso «los del cogote», para ir adivinando todo lo que ocurre a tu alrededor… Cuando estás circulando debes estar atento a los coches que te preceden, a los que llegan, a las calles y cruces que atraviesas, y a todo lo que ocurra en tus retrovisores. Y, ante todo, entrena tu intuición.
Semáforo. En un semáforo, ¡nunca te pares en mitad de tu carril! Aunque esté todo disponible y tu rodar te haya llevado ahí de modo natural, aparca siempre a uno de los lados para dejar espacio a un coche despistado que no lo haya visto y/o llegue en una frenada de pánico y completamente pasado. Así evitas, en lo posible, que se te lleve por delante.
Barrera. Una maniobra inteligente es, cuando pretendes girar por ejemplo a la izquierda y ves que hay un coche que te precede que igualmente quiere hacer esta maniobra. Úsalo de barrera ante los coches que vienen y gira justo a su vera. Es curioso, también, como éstos tienden a aminorar más su marcha si quien inicia la maniobra no es precisamente una «débil» moto.

Fallos habituales:


  • Esperar todo de nuestra agilidad: hay accidentes en los que ni siquiera se puede evitar ser escurridizo
  • Pasar rápido a una fila de coches por la izquierda: alguno puede decidir girar a ese lado o dar media vuelta (aunque sea ilegal).
  • Adelantar una hilera de coches por la derecha: es fácil que te comas una puerta que se abre o un coche girando.
  • Circular demasiado pegados también a otras motos: ¡Que corra el aire!

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viernes, 12 de septiembre de 2014

Técnicas de conducción: atención a taxis y autobuses

El tráfico urbano nos reserva siempre sorpresas inesperadas que pueden ponernos con facilidad, sobre dos ruedas, en situaciones de riesgo. El transporte público es una constante en las calles y por la naturaleza de su actividad, con constantes paradas y subidas o bajadas de viajeros, por sí mismos y a su alrededor pueden representar muchos riesgos en nuestra conducción. La conducción de los taxistas y conductores de autobús dista muchas veces mucho del ideal que deberían mostrar quienes son profesionales de esto, pero son humanos y la ciudad también está llena de trampas para ellos: la actitud correcta a nuestro manillar será tener en cuenta eso y prever sus posibles acciones que nos pongan en situación de riesgo, en lugar de convertirnos en otro obstáculo más para que hagan su trabajo.
En cuanto a los peatones, tenemos quienes están buscando un taxi libre y pueden hacer cualquier cosa para cogerlo, lo mismo con el autobús (hay gente capaz de ponerse en riesgos increíbles por no perder el autobús...) los que se bajan de su taxi para acudir atropelladamente a su cita... Veamos los casos más habituales


Taxis: no por la derecha

Hay algunas cosas que por ser tan «obvias» parece que no hace falta decirlas, pero de vez en cuando todavía vemos alguien que las hace, desgraciadamente a veces con el resultado esperado. Nos referimos por supuesto a una de las cosas más «prohibidas» (por seguridad) del tráfico urbano: pasar por su derecha a un taxi que se detiene al lado de la acera, y del que obviamente va a bajarse algún viajero, o subirse uno si estaba esperando en la propia acera; si se para solo es seguro, si está parado en mitad del tráfico es probable... pero en cualquier caso pasar entre él y la acera es casi garantía de que nos abran la puerta y nos llevemos puesto al pasajero. Lo hemos repetido en esta sección de todas formas, pero en general pasar entre los coches y la acera derecha es muy mala idea precisamente por esto mismo (que no sólo de los taxis se bajan personas).

Taxis: aléjate...

Aunque los taxistas deberían llevar una conducción ejemplar, por algo son los profesionales de la conducción por ciudad, la realidad es que la experiencia y el desgaste les lleva a tomar actitudes y costumbres muy alejadas del ideal. Eso, y también a lo que les «obligan» sus clientes, tanto los que llevan de pasajero («pare aquí mismo por favor») como los que les pueden detener en mitad de la calle. Por eso su trayectoria suele ser inconstante y errática, y no siempre avisando con antelación de sus movimientos: ya sabes que no debes seguir ningún coche por el centro del carril ni demasiado cerca, pero eso es especialmente importante cuando es un taxi, y menos aún cuando ese taxi esté circulando por el carril derecho, ya que las posibilidades de detención ahí son mayores; por eso te conviene situarte al lado contrario del que pueda detenerse.


Autobús: peatones cerca Autobús: paradas

Si cerca de un taxi puede haber movimiento de peatones, donde seguro que los habrá y no pocos será alrededor de un autobús: en la parada, pero también es posible que alguien decida bajarse (y el conductor se lo permita) en un semáforo o esquina, y desde luego con los que hay que extremar las precauciones es con los autobuses comerciales que quizás estén haciendo su «ruta» de colegio (recogiendo o dejando niños según la hora) o, peor dado que sus paradas son menos previsibles, con autobuses que trasladan turistas. En este último caso además debes tener en cuenta que quizás el conductor no conozca la zona por la que circula (ojo a las matrículas extranjeras...), pero tú sí así que sácale ventaja porque tú sabrás de antemano dónde puede haber un eventual interés para que se detengan, previendo de esta forma su acción.

Autobús: paradas

Lo dicho para los taxis es aún más importante en el caso de un autobús: nunca jamás hay que sobrepasar a un autobús por su derecha si está al lado de la acera, ya que existe un riesgo grande de que abra sus puertas y se bajen pasajeros... que no podríamos evitar arrollar; si además hay una parada cerca, pasar por ahí es un error garrafal, pero aún sin parada a la vista es mejor evitar que pueda pasar. Por otra parte debemos tener cuidado en las inmediaciones de una parada de autobús porque es donde será más probable que aparezca de la nada un peatón corriendo y cruzando por donde no debe la calle, incluso entre coches en mitad de la calle, porque no quiere perderlo... Extrema también la precaución por su izquierda, al llegar a la parte delantera: si saliera un peatón no lo verías hasta que fuera tarde salvo que hayas tenido el cuidado de apartarte abriéndote antes.


El truco 

Además de evitar situarnos en esas posiciones «malas» (como por la derecha de un autobús) el truco más eficaz andando por las calles es asegurarnos que los demás se han percatado de nuestra presencia: lleva siempre las luces puestas (cuidado con esos pilotos traseros fundidos) y ten siempre, o si por tus manos pequeñas alcanzas mal hazlo siempre que el tráfico esté complicado, el pulgar izquierdo preparado en el botón de la bocina. Dar un pequeño toque aquí y allá no molesta y sí advierte a peatones o conductores de tu presencia, y las décimas de segundo que se ganan llevando el dedo en el botón pueden ser vitales: la diferencia entre anécdota y accidente.

No te olvides...


  • Jamás pases entre un taxi y la acera, y en general evita siempre pasar por la derecha de la fila de coches ya que pueden abrirte una puerta.
  • Lo mismo se aplica, pero con doble motivo, en caso de un autobús y su parada: pasarle por la derecha es casi garantía de problema ya que podría abrir sus puertas y bajarse viajeros.
  • Cuidado al sobrepasar un autobús, pero también cualquier vehículo alto, por la izquierda: puede salir un peatón que esté cruzando (debidamente o no) por delante suyo y si vamos pegados a ese vehículo lo veremos cuando sea tarde.
  • No sigas de cerca ni centrado en el carril ni por el lado donde esté la acera más cercana, a un taxi: en caso de parada imprevista no podrías evitar alcanzarlo.
  • Los peatones no siempre son conscientes del peligro que corren -y nos hacen correr sobre dos ruedas- y pueden aparecer donde menos los esperas en las cercanías de una parada de autobús: atención en estas zonas
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jueves, 4 de septiembre de 2014

Cómo rellenar un parte amistoso de accidentes

Vale, ya has sufrido el accidente, y por suerte sólo hay daños en la moto, así que toca rellenar el parte amistoso de accidentes. Ese infausto papelito que llevas junto a la documentación de la moto y que siempre guardas con la idea de que nunca tendrás que utilizarlo. Quizá por eso este documento suele ser un gran desconocido y cuando nos enfrentamos a el hay hasta un 68% de usuarios que no lo rellenan, lo hacen parcialmente o de manera incorrecta. Y mira que hasta en Circula Seguro se pusieron en su día manos a la obra para explicarnos cómo hacerlo correctamente, parte 1 y parte 2.
Gracias a la nota de prensa que nos ha enviado Arva, (perteneciente al grupo BNP Paribas) os podemos ofrecer unos consejos básicos para conseguir cumplimentar el documento y así agilizar al máximo los trámites de la aseguradora a la hora de dictaminar quién se hará cargo de las reparaciones necesarias para conseguir que tu moto vuelva a su estado original. Siempre que la culpa no haya sido tuya.

Técnicas de conducción: Vuelta al cole

En algunas zonas de nuestro país (léase Barcelonapor ejemplo) ver a un padre o madre llevar a su hijo al colegio en moto es algo de lo más común, y después de ya casi cuatro años de «convalidación» la cantidad de scooter 125 que se han vendido, y el auténtico problema de movilidad que representan los desplazamientos escolares, nos hace pensar que éste puede ser el curso «de las motos»: más padres que nunca llevarán a sus hijos sobre dos ruedas, y eso también conseguirá que más jóvenes acaben yendo ellos mismos en su propia moto o scooter. Habrá menos atascos y toda la ciudad saldrá ganando. Sin embargo el factor seguridad, que siempre está en la mente de todos al hablar de dos ruedas, en este caso particular cobra especial importancia por motivos obvios. Llevar un pasajero siempre exige mayor atención y cuidado por parte del piloto, pero si es un menor, todo cuidado será poco. Como veremos, de todas formas, no hay ningún impedimento –legal sólo para menores de 7 años, pero si alcanza bien no es inseguro llevarlos, aunque sí sea absurdamente ilegal para que la ida y vuelta al colegio pueda hacerse sobre dos ruedas con total tranquilidad. Se trata de tener en cuenta las precauciones habituales de cuando vamos solos, pero ampliando los márgenes para que,
llegado el caso, tengamos las máximas garantías de «salvación» para aumentar nuestro historial de anécdotasy sólo eso.
Si eres de los que vas en tu propia moto al instituto o facultad, tal vez esto te «toque» por un hermano, vecinoo amigo, o lo haga directamente, en cuyo caso para ti
sirven todos nuestros consejos habituales de conducción… y alguno de los que en este caso te traemos.Y recordemos siempre cuáles son los sustos más habituales: por ir demasiado cerca del vehículo que nos precede, por no estar pendiente del tráfico delante suyo, y por no pitar a tiempo si alguien va a cortarnos el paso o respetar nuestra prioridad de paso.



De 7 a 12 años

La legislación actual prohibe llevar menores de 7 años en cualquier caso, y sólo autoriza a llevar menores de 7 a 12 años si lo hacen sus responsables o parientes cercanos. Dicho esto, nosotros priorizamos la seguridad a la normativa: para poder llevar un menor seguro, éste deber poder llegar a sujetarse adecuadamente, pies en estriberas, manos en asas o bien sujeto al piloto; si es menor de 7 años y llega para ir seguro, llévale tranquilo. Entre otras cosas ¿cómo van a comprobar su edad real si te paran? En otros países la ley es más lógica y está redactada en ese sentido (que pueda sujetarse bien o llevando elementos que ayuden a ello). Por otra parte también conviene que sepa qué pasa, es decir, su carácter podría hacernos pensar que no es una buena idea llevarle en moto, pues a fin de cuentas estará «suelto».

Trampas

Acostumbrados a ir en solitario en nuestra moto o scooter, a veces nos metemos por lugares «insólitos» buscando escapar del atasco. Cuidado al llevar pasajero, no sólo hará el comportamiento mucho menos ágil por su peso, sino que sus piernas y rodillas pueden sobresalir más de lo que esperamos impidiéndonos pasar por donde estamos habituados y creemos que «cabemos». Presta también más atención a los vehículos que te rodean circulando cerca de cruces o accesos, si alguno se da cuenta tarde que quería ir por otro lado y estás en una zona «ciega» (o no mira) su movimiento puede asustar al pasajero y desequilibrarte empeorando la ya arriesgada situación. El pulgar izquierdo en la bocina para dar «toquecitos» a la menor duda no sólo alertarán a esos coches, sino a tu pasajero, para evitar sobresaltos.


Frenadas

El reparto de pesos de cualquier moto o scooter al llevar pasajero se queda, lógicamente, muy atrasado: por eso el freno trasero, que ya normalmente en scooter tiene mucha más importancia que en motos (donde lo normal es apenas usarlo), cobra mucha importancia. Cuidado, la auténtica potencia de detención sigue estando en la rueda delantera, pero ésta tiene ahora menos apoyo en condiciones normales: conviene acostumbrarse a frenar más en «dos tiempos» que nunca, es decir, tocando la maneta derecha primero suavemente para no frenar fuerte de delante hasta que notemos cómo se ha transferido bastante peso hacia esa rueda (horquilla hundida, moto inclinada hacia delante). Se tarda más en contarlo que en hacerlo, pero debes probarlo y acostumbrarte para hacerlo «automáticamente» en una emergencia.

Aparcar y salir

Aunque en este caso el riesgo es sólo de una caída en parado o casi, resulta que es la más frecuente: al salir, o sobre todo al llegar y aparcar. El pasajero no
sabe si has acabado de maniobrar y puede querer bajarse antes de tiempo, desestabilizándote: déjale claro siempre al llegar y reducir la velocidad, que «espere» a que le digas que puede bajarse. En el caso de colegios, hay que tener especial cuidado con los que andarán «revoloteando» enseguida alrededor tuyo y de tu moto; y cuando hayas parado todavía hay riesgos para ellos: discos de freno y escape pueden causarles quemaduras y muchos van directos a tocarlos… En el caso de institutos y tu propia moto, cuidado con los «recibimientos» de colegas.


El truco

Voy a repetir el «truco» que comentamos al tratar la conducción con pasajero: «hablar», sí, tomarse las cosas con calma comentando las jugadas y jugarretas del tráfico –que no son pocas-, y olvidarse totalmente de que alguien va con nosotros y hay que demostrarle lo bien que vamos en moto. Especialmente, si el piloto es chico y el pasajero chica, o viceversa (sí, en esto hay todavía una particular «guerra de sexos»). En realidad no hay que olvidarse totalmente de hacer «demostraciones», pero éstas tienen que ser muestras de nuestra madurez como piloto y no sólo para evitar situaciones de riesgo anticipándonos a las maniobras de quienes nos rodean en el tráfico, sino incluso también para ir  deprisa cuando las condiciones lo permitan y nos apetezca o convenga hacerlo (tener prisa es lícito, pero si llevas a alguien, sobre todo un niño, es mejor tener prisa ANTES de montarse en la moto, que durante el trayecto). Pero para ir deprisa, llegado el caso, no hace falta ser brusco, más bien al contrario, ¿o ves a Rossi y Pedrosa haciendo brusquedades en su pilotaje?

No te olvides...

Si llevas pasajero debes controlarlo, con más motivo si es pequeño y no sabe bien «qué ocurre»: coloca los retrovisores ligeramente más bajos y cerrados para poder tener controlados sus movimientos.

  • Conviene que «participe» del tráfico. Las dos ruedas son la mejor escuela para circular, se aprende a advertir situaciones de riesgo con más antelación, se aprende a respetar al «contrario». Será bueno que pueda ver hacia delante, intenta que así sea y explícale las situaciones. Sobre todo si ya supera los 10-12 años… le queda menos para los 15 y poder circular como piloto.
  • Si tienes hijos menores de 7 años pero ves que pueden ir seguros, llévalos, la ley no tiene lógica. Lo contrario también vale: mayores de 7 años que no lleguen o demasiado inquietos no deberían llevarse aún en moto.
  • Extrema las habituales precauciones de cuando vas solo y que tanto hemos reiterado en estas páginas: un dedo en cada maneta de freno y el pulgar en la bocina ayuda a minimizar el tiempo de reacción en caso de susto. La mirada siempre atenta, buscando escapatorias y riesgos ocultos.
  • El apoyo del freno trasero, sino tienes frenada integral, será más necesario y podrás frenar más fuerte al llevar más carga sobre esa rueda (el riesgo de un bloqueo desestabilizador es mucho menor).
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miércoles, 3 de septiembre de 2014

Técnicas de conducción: la vuelta de las vacaciones

Durante los tranquilos meses de verano las ciudades se quedan medio vacías y el tráfico es mucho más fluido aunque también tiene sus riesgos por la presencia de gente no habitual (turistas perdidos o despistados) o la mayor velocidad media. Pasada ya esa época, volvemos «a la carga» con los atascos habituales y, cómo no, tendremos que enfrentarnos a las situaciones de riesgo también comunes, prestando atención a no bajar la guardia: hayamos estado disfrutando de la ciudad «vacía», o de nuestras vacaciones en otra parte, a nuestro regreso conviene estar más atentos que nunca para compensar el posible despiste que sufran quienes nos rodean que, como sabemos, son los que pueden meternos en algún lío a poco que nos descuidemos. Dos situaciones destacan por encima de las demás: los alcances (un vehículo da por detrás a otro) y las colisiones en cambios de dirección (un vehículo gira y se cruza en la trayectoria de otro). Las primeras se previenen fácilmente manteniendo mayor distancia de seguridad y prestando atención al tráfico muy por delante nuestro, las segundas circulando por el carril apropiado respecto al resto del tráfico y manteniendo mucha atención en qué están haciendo los otros conductores. Veamos en detalle algunos consejos.

Giro a la derecha

Si vas circulando por una calle y frente a ti llega un cruce en el que es posible girar a la derecha, o hay una entrada de aparcamiento o algo similar, atención a los coches que circulan delante de ti (pueden frenar) pero también a los que circulan a tu izquierda: puede que quieran girar hacia su derecha, se den cuenta tarde y lo hagan sin verte… o sin mirar, cruzándose en tu trayectoria. Para evitar eso, además de llevar como siempre un alto nivel de atención para saber qué hacen quienes nos rodean, es buena cosa echarse a la izquierda ante un cruce así: si circulas muy pegado a la derecha y vas a seguir recto, tienes papeletas para que alguien corte tu camino. Si ya estás ahí, ten preparado el pulgar en la bocina, en la posición más habitual el coche que vaya a girar no te verá aunque llegue a mirar porque estarás en su zona ciega. Intenta prever con tiempo una posible situación de riesgo, que no te pille desprevenido.


Giro a la izquierda

En calles de doble sentido, para girar a la izquierda tendrás que pararte en mitad del cruce esperando paso (según la señalización). Si la zona no está muy bien delimitada, eso es bastante arriesgado y debes estar seguro que quien te sigue se ha enterado bien de tu intención, señalizando a tiempo; si no lo tienes claro, recuerda que vas en moto y tienes tus recursos: sigue adelante y en el siguiente semáforo das media vuelta. También es posible que seas tú el que tenga alguien delante que de repente decida girar a la izquierda: para evitar ese susto, no circules por la izquierda ni adelantes a los coches si estás llegando a un acceso por ese lado (cruce, entrada de aparcamiento, etcétera). Aquí, sí conviene ir por la derecha: la idea es dejar siempre de lado aquello que pueda interferir en nuestra trayectoria. Busca tu lado más seguro y posiciónate de manera que puedas evitar cualquier sorpresa desagradable, todo consiste en estar en el lugar adecuado.

Dar por detrás

El «alcance» es el rey de los golpes, y muy particularmente en ciudad: un vehículo se para de repente, el que le sigue está muy cerca o/y distraído, no frena a tiempo y se detiene contra él. En moto es muy habitual, sobre todo entre gente con poca experiencia, porque precisamente la experiencia nos enseña a mantener distancias de seguridad mayores, a estar atentos al tráfico por delante del coche que nos precede (así veremos a tiempo que los demás frenan) y a circular no sólo «no pegados», sino también no «centrados»; si vas siempre por un lado del carril, siempre tendrás mejor «escapatoria» si ese coche se detiene de repente, porque centrado no podrás esquivarlo a tiempo. Aprovecha la ventaja de ir en moto, más alto (ves más lejos en el tráfico, puedes saber que debes frenar incluso antes que el coche que llevas delante) y pudiendo usar la parte de tu carril que te interese más, eres más estrecho y ágil que los demás.


Que te alcancen

No siempre los alcances son de moto que da a un coche por detrás: también son por desgracia frecuentes al revés, cuando un coche nos alcanza, lo que es peor porque no vamos protegidos y nos pilla de sorpresa. Lo más habitual es que esto ocurra en un semáforo, en el que tú te detienes y el coche que te precede ha decidido no hacerlo, ya sea porque se lo quiere «saltar», ya sea por despiste. Evitarlo consiste, además de estar pendiente de los retrovisores y de indicar con varios toques (la luz se encenderá y apagará) a los frenos que vamos a detenernos, en no pararnos nunca en el medio del carril, o donde seamos vulnerables a un despistado de esos: párate siempre apartado, dejando el espacio para que si viene un coche pueda pasarse de frenada sin arrollarte. En circulación, si tienes que pararte mira siempre antes por los espejos e indícalo claramente con el freno e intermitentes.

El truco

Cuando ocurre algún imprevisto, por definición no estamos preparados y perdemos unas preciosas décimas de segundo en darnos cuenta de qué pasa y reaccionar, por ejemplo para evitar un obstáculo. Hay una forma muy sencilla de ganar algunas de esas décimas, y es el equivalente a lo que sería «llevar el dedo en el gatillo» para un policía o soldado: tener los dos dedos índices (o índice y corazón) apoyados en las manetas de freno (maneta derecha en las motos, ambas en los scooter). Es sencillo acostumbrarse a hacerlo, para poder conducir normalmente de esta forma sobre todo cuando nos adentramos en zonas de tráfico denso, calles estrechas, o donde haya más riesgo de sufrir ese imprevisto. Ganaremos el tiempo en darnos cuenta, sacar la mano del puño y llevar los dedos a la maneta de freno: es más, no sólo ganamos todo ese tiempo (pruébalo y verás cuánto es) sino que la frenada será menos brusca y con ello más eficaz (menos riesgo de bloqueo inesperado delante). El pulgar apoyado en la bocina es otra buena idea.

No te olvides de...


  • Anticípate al tráfico: si viene un cruce con giro a la derecha y sigues recto, échate a la izquierda para evitar que se crucen en tu camino. Y viceversa.
  • Señaliza muy bien y «de sobras» cuando necesites pararte dentro del tráfico para hacer un giro a la izquierda, o pararte para aparcar: debes evitar como sea que puedan alcanzarte por detrás.
  • Evita circular situándote justo en el lateral trasero de un coche, y ten en cuenta que allí el conductor no te verá aunque mire por el retrovisor. Si decidiera cambiar de carril, no te vería y se te llevaría puesto.
  • Cuidado al avanzar con el semáforo rojo hasta «primera fila»: fíjate qué intenciones tienen los coches que tengas cerca (intermitente, mirada del conductor) porque puede que salga rápido para girar, y debes estar preparado.
  • No andes nunca pegado al coche que te precede: si frena de golpe, no podrás evitar alcanzarlo.
  • Además de mantenerte a distancia, cuando tengas un coche delante no circules justo por medio carril sino a un lado: si frena, podrás esquivarlo metiéndote por su lado.
  • Aprovecha la ventaja de ir en moto y estar más alto que el resto del tráfico: por encima de sus techos puedes ver
  • qué ocurre más adelante y anticiparte. Si frenan todo de golpe, por ejemplo, tú lo sabrás a tiempo.
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lunes, 1 de septiembre de 2014

Técnicas de conducción: anticipación

EL famoso dicho popular que «es mejor prevenir que curar» no puede ser más cierto, ni de mayor aplicación que en el caso de la circulación en moto o scooter: sobre dos ruedas se necesita cierta anticipación para poder evitar con seguridad una situación de riesgo. Por eso es muy importante tener un buen nivel de atención a lo que ocurre alrededor nuestro, y sobre todo saber cómo está el tráfico algo por delante, para ganar esos instantes de anticipación que nos darán ventaja a la hora de decidir una maniobra evasiva por seguridad. Si en línea recta eso es relativamente sencillo, ante un giro o cambio de sentido no lo es tanto: es importante «abrirse» antes de girar para poder contar con un mayor y mejor campo de visión, y eso no sólo se aplica en carretera o en esquinas de ciudad, sino en calles estrechas con salidas de callejones o aparcamientos, donde deberemos ir cambiando ligeramente de lado para poder contar siempre con la mejor visibilidad posible. Otro lugar donde hay abundancia de «trampas ocultas» son las gasolineras. Sobre dos ruedas tenemos que visitar con frecuencia las estaciones de servicio ya que nuestros depósitos son pequeños, y allí cada gota de combustible derramado puede darnos un buen susto al frenar o apoyar los pies.

Esquinas sin visibilidad

Camiones o furgonetas de reparto aparcados en una zona de carga y descarga, autocares esperando viajeros… son varios los posibles obstáculos que te puedes encontrar y que te impidan ver hacia dónde te diriges cuando doblas una esquina. Es posible que luego tengas peatones cruzando en un paso de cebra (o sin él), que de la otra calle esté saliendo un vehículo… una situación que si no puedes ver, no podrás prevenir. Para evitarlo en lo posible, no te ciñas demasiado al lado hacia el que vas a girar: abre la trayectoria antes, y eso te permitirá contar con un campo de visión más amplio, asomarte y ver si tu camino está despejado. Y lo que puedas ver, podrás prevenirlo. En general, intenta abrir la trayectoria antes de una curva o un giro, porque eso forzará menos tu posición en la salida, y te permitirá ver antes lo que te espera.


Incorporación imprevista

Es un problema para alguien con un coche de morro largo salir de una incorporación estrecha o con mala visibilidad: tienen que «asomarse» y meter la parte delantera de su vehículo en la calzada para llegar a ver si disponen o no de paso… y es posible que tú estés llegando a esa zona y se crucen en tu trayectoria, poniéndote en una situación de riesgo. Igual que en una curva conviene no ir ceñido a la parte interior de ésta antes de trazarla, para tener mejor campo de visión tampoco es bueno andar por las calles arrimado a un lado (ya sea el derecho o izquierdo) sino centrarnos para disponer de más visibilidad, especialmente donde veas que hay accesos: callejones, salidas de aparcamientos, calles estrechas, etcétera. Además de no verles tú a ellos, si te «escondes» ellos tampoco podrán verte a tiempo, así que hazte ver todo lo posible.

Firme deslizante

Al acercarnos, o dirigirnos, a una estación de servicio, nos metemos en una zona llena de «sorpresas»: los camiones cisterna dejan a veces regueros de combustible al entrar o salir, los camiones y autocares de todo tipo tienen a veces depósitos cuyos tapones no son nada herméticos y al salir tras llenar dejan sus propias «huellas» de gasoil, y por último en el mismo surtidor habrá manchas de quien haya insistido demasiado en un llenado, o al descolgar la manguera… Todas las manchas de combustible resbalan mucho, las de gasoil las que más (y tarda en secarse), y en especial cuando además caen gotas de agua esas zonas patinan como el hielo: mucho cuidado. Atención, pues, al andar cerca de una gasolinera con esos posibles regueros y sobre todo si hay glorietas u otros giros cerca, y cuidado dónde frenamos y dónde apoyamos los pies al parar a repostar.


Trampas urbanas

La ciudad también existe por debajo del asfalto de las calles, y los accesos al subsuelo pueden esconder desagradables trampas para quienes andamos sobre dos ruedas. Tapas de alcantarilla, registros de teléfonos o electricidad, rejillas de ventilación de aparcamientos o metro… Todos suelen estar realizados en metal, y el metal resbala seco, y patina muchísimo si está húmedo; pero además de resbalar, lo peor es que algunas veces esos registros no están bien asegurados, y pueden esconder una trampa todavía peor que un resbalón. Tú no puedes saber si minutos antes un pesado camión ha pasado por allí agrietando el soporte y si bajo el (no tan poco) peso de tu moto puede romperse... Evita siempre que sea posible pasar por encima de estas tapas, rejillas y registros, y ten mucha atención si no queda más remedio que pisarlos.

El truco

A veces te encuentras de repente pisando una zona de agarre desconocido pero «sospechoso». Un buen truco
es usar el freno trasero para «tantearlo»: sin frenada combinada obviamente usaremos la maneta izquierda (o el pedal derecho en una moto) para frenar bruscamente provocando un momentáneo y breve bloqueo de la rueda trasera. No necesitarás mucha práctica para conocer cómo se bloquea la rueda en condiciones de agarre normal, y por lo tanto te darás cuenta enseguida de cómo está el agarre en comparación: pruébalo varias veces antes de encontrarte en esa situación y aprenderás a tener esa sensibilidad, que por otra parte se adquiere
fácilmente.

No te olvides…


  • Para andar más seguros sobre dos ruedas debemos anticiparnos a los posibles riesgos que aparezcan para poder reaccionar a tiempo y evitarlos.
  • No empieces a trazar una curva desde la parte interior de ésta: «ábrete» siempre antes para tener mejor perspectiva de hacia dónde te diriges.
  • Cuidado con circular demasiado pegado a la acera: si alguien «asoma» en un callejón o salida de aparcamiento nos lo encontraremos
  • por sorpresa, y ellos a nosotros.
  • Atención al acercarte circulando a una estación de servicio, sobre todo a su salida: los vehículos recién llenados pueden echar combustible y debes evitar pasar por esos regueros.
  • Las gasolineras están llenas de posibles trampas: las manchas de combustible patinan mucho, cuidado donde apoyas los pies, y cuidado dónde va tu rueda delantera cuando frenes.
  • Evita pasar por encima de tapas, rejillas o registros en las calles: podrían no estar bien asegurados y ser una trampa.
  • Si no te queda más remedio, cuidado al pisar esas tapas metálicas: patinan muchísimo, especialmente cuando están húmedas. Pasa recto y sin dar gas ni frenar.
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