viernes, 18 de octubre de 2013

Consejos para conducir moto con pasajero

Aunque la mayoría disfrutamos de la conducción en solitario con nuestras motos, hay mucha gente que suele conducir con pasajero, ya sea su pareja o alguien que eventualmente quiere (o necesita) dar una vuelta en moto. ¿Pero realmente sabes lo que implica conducir tu moto con pasajero? Porque no es lo mismo conducir sólo, que conducir con alguien que pese 50 kilos o conducir con alguien que te supere en peso. De momento dejaremos a un lado lo de conducir con un pequeño/a, aunque si quieres leerte algo más sobre este tema te recomiendo que le eches un vistazo al articulo publicado por Josep Camós en Motorpasión.


Nosotros vamos a centrarnos en conducir con un adulto en el asiento de atrás. En este caso, lo primero es cerciorarnos de que ese pasajero lleve el equipo necesario para ir en moto. No sería el primero que se cae de la moto y se hace un cristo por no llevar más que un casco quitamultas y poco más. Porque uno de los primeros puntos a tener en cuenta es que si llevas a alguien de pasajero, como conductor, te transformas en el responsable de lo que le pase a ese pasajero. Jurídicamente puede que no sea así, pero moralmente no se te queda el mejor cuerpo cuando le pasa algo a alguien que está bajo tu responsabilidad.

El primer paso, parece obvio, pero por eso suele pasarse por alto. Antes que nada hay que comprobar que tu moto es capaz de mover ese peso extra. No sería la primera vez que intentamos movernos con más de 200 kg sobre una 125 o incluso cobre un ciclomotor y las cosas no acaban bien. Tengamos en cuenta que el peso extra afecta a la aceleración, al manejo y sobre todo a la frenada. Además de poner en un serio aprieto a las suspensiones. Y por último, con especial dedicatoria a aquellos que les gusta quitar cosas de la moto para aligerarla, nunca se te ocurra levar pasajero sin los estribos.

Lo siguiente es explicarle al pasajero cómo y por dónde debe subirse a la moto. Lo de quemarse con el tubo de escape tampoco es nada agradable. Y hacer malabarismos levantando la pierna para alcanzar el asiento del pasajero tampoco está al alcance de todos. Lo mejor es con el conductor subido en la moto, y con los dos pies apoyados en el suelo, indicarle al pasajero por qué lado subir y que lo haga como si se tratase de un caballo. Pie al estribo, y una vez que esté erguido sobre él que pase la pierna por encima del asiento hasta el estribo del otro lado. No suele ser buena idea hacer esta maniobra con la moto sobre el caballete central. Porque, aunque parece que así la moto está más estable, el peso extra puede ser todo un problema a la hora de bajarla del caballete.

A continuación hay que explicarle al pasajero que se siente lo más pegado al conductor que pueda. Más que nada porque en una frenada puede desplazarse y golpear su espalda y complicar aún más la conducción. Lo de que se caiga acelerando también es un peligro, así que la solución para ambos casos pasa por que se siente muy pegado al conductor y que lo abrace si es posible. Apoyar las manos en el depósito (dependiendo de la configuración de la moto) también es buena idea.

Tras todo esto llega el momento de ponernos en marcha. Aquí lo más importante es explicarle al pasajero que no se mueva en el sillín, que cualquier movimiento suyo influye en la moto y puede provocar una caída. Lo más típico entre los pasajeros sin experiencia es que cuando llegues a una curva tiendan a inclinarse en sentido contrario a la curva, con lo que hacen aún más complicado trazarla. Una opción puede ser indicarles que cuando llegue una curva miren por encima del hombro del lado hacia el que va la curva. Así se sentirán participes de la conducción y además ayudarán en la trazada. Una buena idea es consensuar con el pasajero algunos gestos para comunicarse (si no llevas intercomunicador). Porque los apretones y pellizcos en los riñones pueden interpretarse de maneras muy variadas. Lo mejor son unos golpes en el hombro y algún gesto con la mano a la altura de los ojos del conductor.

Otro momento crítico es cuando llegas a un semáforo y detienes la moto. En ese momento hay que indicarle al pasajero que no baje los pies de los estribos. Que con tu apoyo es suficiente para mantener estable la moto. Y en el caso de que la parada sea para concluir la ruta, tampoco está de más indicarle que para desmontar hay que hacerlo igual que al subir a la moto, pero en sentido inverso. Con los pies del conductor sobre el suelo, que se ponga de pie sobre los estribos, pase la pierna sobre el asiento y se baje por el mismo lado por el que subió.

Por último, aunque no lo menos importante, cuando se lleva pasajero no es buena idea intentar demostrar nuestras habilidades de pilotaje. No hay nada peor que un pasajero asustado ni la mala prensa que te puede crear que alguien comente que conduces como un loco. Porque de lo que se trata es de que ese pasajero vuelva a querer subirse en una moto, y que ambos os lo paséis bien en el trayecto.

Algunos de estos casos los he vivido en primera persona. Como cuando subí a un compañero del instituto bastante entradito en kilos en mi Vespino y comprobamos lo bien que frenaba un autobús delante de nosotros. O cuando hace unas semanas subí a una persona que no acostumbra a ir de pasajero y se abrasó las manos con el escape al intentar sujetarse para no deslizarse sobre mi en una frenada. Aunque te queda la opción del denominado “lobo solitario” que nunca lleva a nadie en la moto.

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